«Si en 2025 la economía local prevé un crecimiento del 3,5% y luego mantener esa expansión de manera estable y acumulativa, será esencial contar con empresas de energía que promuevan el ahorro y generen divisas».
La frase pertenece a Pablo Besmedrisnik, Director de VDC Consultora, quien aseguró que la economía argentina aspira a recuperar un sendero de crecimiento a partir de los últimos meses de este año y en ese sentido el rubro energético está cumpliendo un rol importante.
Durante los primeros ocho meses del año 2024, el sector generó un superávit comercial de 3.200 millones de dólares, y se espera que se acerque a los U$S 4.200 y U$S 5.000 millones para el año completo. «Después de un largo período en el que la energía fue un problema, ahora puede convertirse en parte de la solución», sostuvo el economista.
«Sostener este resultado comercial en un escenario de recuperación económica será un desafío para los próximos años. La abundancia de recursos energéticos, la mayor competencia interna y la posibilidad de evitar las importaciones en gran escala también colaborarán en mejorar las cuentas fiscales», agregó.
Y comentó: «La reducción real del orden del 40% de los subsidios a la energía en lo que va del 2024 se debe, en gran medida, al esfuerzo del consumidor (pagando un precio mayor o consumiendo menos), pero también parcialmente a la mayor y más competitiva producción local que reemplaza importaciones».
Para Besmedrisnik, el sostenimiento de una canasta energética afrontable para los consumidores finales y de energía a precios razonables para sostener la competitividad de las empresas industriales sin condicionar las cuentas fiscales, dependerá de aquí en delante de la capacidad de expansión que demuestre el agregado energético.
Por otro lado, afirmó que «el aumento de la producción hidrocarburífera local le permitirá a la Argentina eludir y amortiguar la volatilidad externa en términos de precio y disponibilidad que surge de los conflictos geopolíticos».
«Esto le otorgaría a la Argentina una mayor autonomía energética, al no depender de las importaciones de gas y petróleo de terceros países, lo que sería especialmente ventajoso en situaciones en las cuales las tensiones internacionales limitan la disponibilidad de estos recursos en el mercado global», manifestó.
De acuerdo con el análisis del experto, se espera que el 2024 terminé rondando la producción record de los últimos 20 años.» Es muy relevante es el cambio estructural que se verifica en el entramado productivo, con una mutación sustantiva en la metodología de extracción, que al ser mucho más compleja requiere de una adaptación notable de los distintos jugadores y de la constante incorporación de tecnología», señaló.
Y se explayó: «La expansión económica en general encuentra un limitante inmediato y concreto: la restricción externa, la escasez de divisas. Cuando la producción comienza a demandar con mayor intensidad bienes intermedios y se verifican mejoras en el consumo de las familias, inmediatamente resurge la demanda de bienes importados».
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