La complejidad de los proyectos exige precisión, coordinación y control de costos. BIM se ha consolidado como la herramienta más eficaz para lograrlo, al integrar en un único modelo digital toda la información de la instalación, desde su concepción hasta la operación.
Beneficios de BIM en plantas industriales:
Diseño colaborativo y multidisciplinario: BIM permite que equipos de ingeniería mecánica, civil, eléctrica e instrumentación trabajen sobre un mismo modelo. Así se identifican interferencias entre cañerías, estructuras y equipos antes de llegar al sitio, reduciendo cambios de último momento y optimizando los tiempos de montaje.
Cómputo y listas de materiales con precisión milimétrica: Los modelos generan cantidades exactas de tuberías, soportes, bandejas eléctricas y equipos. Esto facilita la compra anticipada de insumos, evita faltantes y disminuye costos por retrabajos.
Presupuestos integrados y dinámicos: Al vincular el modelo con bases de costos, cualquier ajuste en el layout o en los equipos impacta en tiempo real en las estimaciones, dando mayor certidumbre financiera.
Planificación 4D para montaje y puesta en marcha: Asociar cada tarea a un componente del modelo permite simular secuencias de construcción, coordinar grúas y recursos, y planificar la logística de obra de manera más eficiente.
Una implementación progresiva que potencia resultados
El camino más efectivo para adoptar BIM en plantas industriales es comenzar con un proyecto piloto: una nueva línea de producción, un tanque de almacenamiento o un sistema de cañerías. Esto permite medir el impacto real, capacitar al equipo y extender la metodología al resto de las instalaciones con una curva de aprendizaje controlada.
Experiencias de empresas que aplicaron BIM en obras de adecuación o ampliación reportan ahorros cercanos al 10% del presupuesto y una mejora significativa en la previsibilidad de plazos.
Casos y redes que impulsan su adopción:
A nivel local, iniciativas como el Cluster BIM Córdoba y programas como el Plan Córdoba BIM 2030 acompañan a empresas y profesionales en la incorporación de estándares y mejores prácticas, fomentando la colaboración entre sectores. Estos ecosistemas refuerzan la idea de que BIM no es solo un software, sino una estrategia de gestión de la información con impacto directo en la productividad y la calidad de los proyectos industriales.